23 de abril de 2012

Los alumnos cambian las pesadas mochilas por un solo eBOOK


Por sorprendente que parezca no es algo que esté pasando en las escuelas japoneses o estadounidenses sino en las rusas, sí, ha leído bien, es un proyecto para las escuelas rusas.

La empresa Plastic Logic, que cuenta con capital ruso a través de Rusnano, fue siempre por detrás de las grandes firmas como Apple y Amazon. Ahora, su lector “Que pro” debe demostrar sus ventajas en las escuelas rusas. El objetivo es que los alumnos cambien las pesadas mochilas por un lector de libros de apenas 500 gramos. 

Más de diez años trató la empresa británica Plastic Logic de convertir su tecnología en dinero líquido, pero siempre se quedaba un paso por detrás de la competencia. Finalmente, ha sido capaz de colocar la producción de su lector Que pro, porque el iBook de Apple y el Kindle de Amazon ya habían ocupado el mercado.

A finales de 2010 Plastic Logic no era competitivo. El dinero de los inversores (casi 350 millones de euros) se agotó y el lector Que pro, con su flexible pantalla de plástico había fracasado por el momento. La agencia de innovación estatal rusa Rusnano, surgió como salvadora en enero de 2011 al adquirir casi la mitad de las acciones.

Resistencia a prueba de niños (en teoría)

Los rusos creyeron en el éxito de la electrónica de materia plástica. Su ventaja fundamental radica en que el lector se puede fabricar con pantallas sensoriales resistentes a los golpes y una diagonal de más de diez pulgadas, mientras que las pantallas de cristal convencionales son frágiles y más pesadas.

Las inversiones de Rusnano en el capital original se sitúan en 100 millones de euros, de los que 35 están como garantía de crédito. El perfeccionamiento del lector estuvo sometido a pruebas provisionales. Un equipo investigador debía determinar, cómo y dónde podía aplicarse su tecnología para que los científicos pudieran probar su producto y valiera la pena por lo menos de manera parcial.

El Ministerio de Educación no obstante, puso como condición requisitos técnicos previos que se sitúan lejos de las demandas del mercado de consumidores. El lector de los alumnos debía ser sobre todo resistente y tener una mayor capacidad de actualización que un ordenador normal. Aparte de eso, no se permitió que ningún contenido propio fuera instalable.

En una palabra: el Plastic Logic 100 es un lector de e-book con funciones de marcado de lectura y agenda. El aparato es aproximadamente tan grande como un folio DIN-A4, tiene solo cuatro milímetros de grosor y es muy ligero y tiene una pantalla táctil.

Aplicaciones prácticas

“¡Los niños están totalmente entusiasmados! A ellos les gusta la interactividad, la posibilidad de escribir comentarios directamente en el libro. Yo creo que los libros de texto electrónicos sustituirán a los clásicos libros de papel”, dice Irina Rubzowa, profesora de matemáticas en el liceo Nr.18 en el área de Kaliningrado. En su escuela se experimenta con el Plastic Logic 100, desde hace medio año sus alumnos de sexto curso se han pasado a las pantallas táctiles.

“Pronto los niños empezaron a golpearse los unos a otros en la cabeza con los lectores, los dejaban caer o derramaban agua sobre ellos. Pero solo una vez se estropeó un aparato y tuvo que ser puesto en marcha de nuevo. Y no quedo ningún defecto”, indica Rubzowa. La profesora también ve como una gran ventaja en el hecho de que en sus 475 gramos se pueda grabar todo el surtido de libros de texto, desde la primera hasta la undécima clase, y los alumnos no tengan por qué arrastrar más pesadas carteras.

Según los planes del Gobierno, los alumnos rusos deben recibir los lectores gratuitamente. El programa será financiado por el Estado. De momento, el proyecto se encuentra en la fase de prueba. En cuanto se confirme como apropiado el lector electrónico, la mayor parte de los alumnos rusos estarán provistos de ellos en un plazo de tres a cinco años.


Entretanto, se busca poder reducir los riegos para la salud de los alumnos y los efectos positivos de la gratuidad de los libros escolares: en los libros de texto cuestan bastante menos que en Europa. El aparato sería interesante para los mercados europeos, sobre todo debido a su relativamente bajo precio.

Esperanza de éxito

A través de la participación en el programa gubernamental, Plastic Logic quiere recaudar medios para su próximo proyecto. Actualmente hay en Rusia 13 millones de alumnos. Si cada uno tuviera un lector, la empresa podría cobrar en torno a 4.000 millones de euros, siete veces lo que se ha contabilizado desde la fundación de la empresa.

Sin embargo, no será pan comido para los británicos, porque al mismo tiempo que ellos, la competencia prueba con sus propios lectores: el Pocketbook 902, el Intel ClassMate y el JetBook Color, la primera tableta con pantalla de tinta electrónica a color.

El kit está en el precio

El precio es aún una incertidumbre pues aunque se comenta que podría rondar los 12.000 rublos (400$/295€), hay noticias más recientes que lo marcan en 800$, lo que acabaría por sacar el invento de las aulas. De momento, el fabricante otorga dos años de garantía y la durabilidad es, en teoría, ilimitada. ¡Está claro que el fabricante no conoce a los niños españoles!